En los primeros meses de vida, el bebé no se mueve de forma voluntaria, ya que la inmadurez de su sistema neuromotor no se lo permite. Lo que sí utiliza es su sistema tónico que está perfectamente desarrollado desde el vientre materno, tanto en el plano sensitivo como motor. La primera relación que establece el bebé con la madre es a través del tono, el del bebe y el de la madre, eso es el diálogo tónico.
El DIÁLOGO TÓNICO son las sensaciones táctiles, la piel y el contacto con el movimiento del otro, según sean las percepciones y el intercambio tónico, la calidez del contacto, la seguridad, la firmeza, etc., se desarrolla el vínculo de apego en armonía o no.
Estos contactos se llaman envolturas y tienen que ver con los primeros contactos del bebé: cómo es cogido, manipulado, la mirada, las caricias, los masajes… Cuando esto se hace de forma adecuada, cuando la madre ofrece al bebé su cuerpo como el lugar en donde desarrollarse y crecer desde la seguridad afectiva, la envoltura y el movimiento, crean el vínculo afectivo necesario para que el bebé y la madre se transformen y esta calidad de relación será la que permita al bebé ir creando su propio espacio de movilidad y desarrollo.
Esta relación, favorecida por las sesiones de yoga para madres y bebés, es el VÍNCULO DE APEGO, que es el conjunto de funciones de protección, sostén, acompañamiento y consuelo, imprescindibles para establecer las relaciones del niño con el medio.